Thursday, August 29, 2013

Es horrible que alguien a quien creíste amar alguna vez sea una persona totalmente insensible. Que actúe como si los sentimientos de otras personas no importaran. Como si él no tuviera ninguna emoción sincera que demostrar, nada honesto que dar. Por si fuera poco, enterarte de que una de las personas a las que lastimó no solo era cercana a ti, sino que incluso es una muy buena amiga tuya. Eso duele. Y te hace sentir una impotencia increíble, porque sabes perfectamente que no puedes hacer nada sin revelar parte de una historia que no es tuya. Y eres consciente de que no tienes derecho a hacerlo. Entonces no haces nada. Solo finges que no sabes nada y actúas de lo más normal. Tratas de que todos los sentimientos de frustración no salgan a la luz. Intentas sonreír tan genuinamente como hacías antes, para que vea que te hacía feliz con su presencia. Pero ya no te sale. Porque ya no es lo mismo. Ya sabes todas estas cosas que te hacen retorcerte por dentro y que te hacen dudar de tu capacidad para elegir a quién vale la pena tener cerca. Sin embargo, lo intentas. Seguro no intentó hacer lo mismo conmigo porque sabía que, aunque no era tan fuerte (ni lo soy), jamás habría caído por sus mentiras. No puedes evitar preguntarte si fue tan astuto como para darse cuenta de lo que pasaba por tu mente hace un poco más de un año. Y eso tortura y tortura y tortura y tortura tu mente. No todo el tiempo, pero sí de vez en cuando.

No comments:

Post a Comment