Thursday, August 15, 2013

Soy muy buena leyendo a las personas con tan solo verlas. A veces es muy fácil para mí determinar si alguien es genuino en cuanto a sus acciones o si muestra una especie de máscara por algún motivo. No es que me guste esto, porque como dicen muchos "ignorance is bliss". Creo que el poder identificar tan rápido las intenciones de alguien tiene más efectos negativos que positivos. Sí, sé que debe ser genial no poder ser engañada por otros desde el principio. No obstante, siempre he tratado no dejarme llevar por lo que detecto la primera vez que interactúo con una persona. Generalmente trato de observar sus gestos, los cuales son capaces de decirnos mucho acerca de alguien. 

En cuanto a las miles de cosas negativas que esta "habilidad" (no sé si amerita que le llame de esta manera) es que me tilden de prejuiciosa. Confieso que más de una vez he sentido miedo e incluso una falta total de interés por conocer bien a una persona, limitándome a lo que descubrí con la primera impresión. También ocasiona que prácticamente evite interactuar con una persona de la que desconfíe, probablemente ocasionando que esta se lleve una pésima impresión de mí y de mis modales.

Hace unos meses, el ciclo pasado, tuve una especie de pelea implícita con una de mis mejores amigas. Ella había hecho una nueva amiga, lo cual me alegra mucho, pues a veces puede ser muy introvertida. Lo que pasa es que había oído hablar de esta chica, y al verla por mí misma, no me inspiró más que desconfianza. Le expresé mi incomodidad a mi buena amiga, pero al parecer un día hice un gesto de desagrado al ver a su nueva amiga y alguien que las conocía me vio. Entonces, las cosas se pusieron muy muy extrañas entre nosotras. Casi no hablábamos a menos que hubiera un tercero acompañándonos. Decidí confrontarla y me explicó todo esto. Acordamos no volvernos a pelear por algo tan estúpido. Prometí tratar de conocerla mejor y ella prometió tratar de que le importe menos la opinión de los demás.

Lo curioso es que ahora conozco mejor a esta... personita. El problema es que no podría caerme peor. Sé que suena infantil, y parece totalmente insignificante. Trataba de ignorar su increíblemente desubicada actitud hasta que un día tuvo la brillante idea de hacer comentarios sobre mis calificaciones y asumir varias cosas de mi persona tan solo porque me iba bien en mis clases. Si no le contesté fue porque mi amiga estaba presente y era su cumpleaños. Supongo que leyó en mi rostro que la próxima vez las cosas serían diferentes, pues ya no ha vuelto a pronunciar palabra ofensiva en mi presencia.

No sé cómo lidiar con esta situación. Tampoco quiero verme forzada a soportar a ese ser tan desagradable tan seguido solo porque se lleva muy bien con una de mis amigas más cercanas. Tampoco ayuda que sea muy cercana al chico que me gusta y al que nunca me atreveré a hablarle (esa es otra historia, no sé en qué momento me volví una cobarde). Espero que el tiempo me ayude a alcanzar paz mental y que no intente golpearla, porque soy demasiado impulsiva y eso casi siempre también es un problema.

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